Comencemos definiendo lo que es la disfunción eréctil; “Es la incapacidad persistente de alcanzar y mantener una erección suficiente para permitir la exitosa penetración vaginal u anal, dentro de las relaciones sexuales de heterosexuales y homosexuales”. Sin embargo, no concuerdo con que sea una disfunción, mi forma de percibirlo es como un mensaje oculto que quiere ser descubierto, es decir que nuestro cuerpo ha encontrado la forma de mandar una señal de algo que está sucediendo y a simple vista no logramos percibir.
Desde mi experiencia en consulta me he dado cuenta de que muchos jóvenes y parejas están pasando por esto. Desde el prejuicio se cree que la disfunción eréctil únicamente ocurre en hombres mayores de 40, sin embargo los problemas de erección no son solo cosa de mayores. En mi consulta privada llegan chicos de 18 ya con estos problemas y usualmente el origen suele ser psicológico, te enumero las causas más comunes y te platico un poco de cada una.
- Estrés y Ansiedad
El estrés provoca en nuestro organismo un descenso de los niveles de andrógenos y estrógenos. Dos de las hormonas más importantes y relacionadas directamente con la sexualidad. La disfunción eréctil y la eyaculación precoz son las consecuencias más habituales de aquellos hombres que padecen actualmente estrés. Se puede manifestar como una dificultad a la hora de tener una erección o impedir que tus relaciones sexuales sean de calidad y satisfactorias.
- Querer complacer expectativas de otras personas
Al conocer a una persona y sentirse atraída por ella es frecuente tener cierto nerviosismo o ansiedad debido al propio deseo de gustarle y de querer satisfacer las expectativas de la otra persona en el ámbito de la intimidad. Está bien querer agradar a los demás, ser generoso o atenderlos cuando nos necesitan, pero esto puede ser un problema si lo vivimos como una necesidad no como una preferencia.
- Temor de desempeño
En ocasiones, el bloqueo sexual puede ser tan grande que se transforma en pánico a la intimidad y relaciones de pareja. Inquietudes como estas son uno de los mayores aliados de la impotencia sexual, especialmente de los problemas relacionados con la disfunción eréctil. El temor puede venir marcado como el miedo al fracaso, esto es, fracasar en tus relaciones sexuales con tu pareja, pensar en el miedo a no poder satisfacer a la otra parte.
- Fantasías catastróficas
Muchas veces, relacionada con una interpretación catastrofista sobre las posibles experiencias negativas para conseguir la erección, que en ocasiones condiciona los siguientes encuentros. Es decir, como el varón, de forma natural ha podido sufrir algún episodio de pérdida de erección, puede empezar a pensar que esa pérdida de erección le puede volver a ocurrir. Esta es la vía más común para desarrollar una disfunción eréctil: anticipar que te va a ocurrir.
- Estar racionalizando todo el tiempo.
La mente tiene el poder de condicionar nuestra vida, la sexualidad no está exenta. Y afecta y mucho a nuestra salud sexual, deja de pensar que si ya te pasó una vez tiene que volver a pasar en todas tus relaciones futuras. Los pensamientos no son realidades, es importante que seas paciente contigo mismo.
Como último punto me gustaría mencionar cómo influye la percepción de la pareja en estas situaciones. En muchas ocasiones cuando el hombre no logra tener una erección su pareja comienza a hacer comentarios negativos o hirientes, incluso se llega a dudar de la pareja al grado de pensar o decirle que es gay por no lograr la erección. Además se hacen ideas de una posible infidelidad o se piensa que es por falta de deseo, sin embargo es importante poder hablar este tema abiertamente con la pareja, pues estos comentarios pueden seguir afectando o incluso empeorar las cosas. Si no hay una buena confianza, es poco probable que logremos saber qué pasa. No siempre una charla sin asesoramiento profesional lo resuelve todo, pero es un intento necesario y positivo para los involucrados.
¿Un sexólogo puede resolver problemas de disfunción eréctil?
¡Claro que sí! Empieza hoy mismo. Independientemente de cual sea la causa, se recomienda realizar el tratamiento con la pareja. Es una manera de prevenir las recaídas futuras, trabajar la interacción y la comunicación y afrontar las tareas sexuales que se propongan durante la terapia.
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